martes, 31 de diciembre de 2013

Pequeños tesoros

Estamos en época de balances, reflexiones, recuerdos y afianzar compromisos. Hay personas que piensan que no hay mejor momento para deternerse y dar un paso atrás, coger algo de perspectiva, ver si están en el punto en el que habían predicho hace un año (mes arriba, mes abajo). Y claro, a muchos le llegan las prisas, empiezan los agobios y pretenden cumplir todo lo que han apuntado en esa lista hace 12 meses en días o incluso horas (un saludito desde aquí a las personas con TOC y sus listas, los quiero).

No escribo esta entrada hoy para unirme a la sabiduría y corriente popular, solo lo hago porque he estado pensando en las pequeñas cosas y me gustaría que dentro de esos "balances mágicos" que hacen, las tuvieran en cuenta. Son cosas simples, gestos cotidianos, momentos más largos o instantáneos que dejan una huella en tu vida. Es muy débil, casi imperceptible, pero con su sutileza hace que te de un vuelco el corazón cuando menos te lo esperas.

Esa llamada inesperada que consigue sacarte una sonrisa, el rayo de sol en la cara después de dos meses con bufandas, la primera lluvia que ves bajo la manta, ese abrazo por la espalda cuando menos te lo esperas (y tanto lo necesitas), aquella mirada cómplice que no necesita mediar palabra para saber lo que quiere decir, el primer beso que te deja sin palabras, ese momento ridículo que consigue que te rías durante horas, el apretón de manos de "puedes contar conmigo siempre"... O simplemente pasar la tarde frente a la tele o cocinando y que sin darte cuenta haya un nuevo cepillo de dientes en tu baño.

Esas, amigos míos, son las pequeñas cosas en las que hay que pensar (y otras tantas que se me quedan en el tintero y que cada uno vive a su manera). Pequeños momentos que espero que hayan atesorado durante el año y tengan la suerte de volver a vivir en los años venideros. No olviden que ante todo, hay que ser feliz y estos "pequeños tesoros" son una gran ayuda que nos señala por donde está el buen camino.


sábado, 28 de diciembre de 2013

El regreso

Parece que fue ayer cuando hice la fotografía que acompaña a esta entrada, pero nada más lejos de la realidad. Es del primer día del nuevo curso, la vuelta a clase o como decíamos en su momento "la temida vuelta al cole" (aunque no para todos, que yo era de esos raritos que se aburrían y tenía ganas de empezar, siendo sinceros). Mi intención era utilizar la imagen para hacer balance de la primera semana de 3º de Psicología, impresiones, opiniones y demás complementos. ¡Y miren a qué fecha estamos ya! La carga de trabajo y de presión de un año más se nota, aunque por estas fechas se empiezan a recoger sus frutos. 

De todas formas, voy a resumir lo que ha significado para mí este nuevo cuatrimestre, que no es tarea fácil. En cuanto a lo académico ha habido varias sorpresas y de todo tipo. Asignaturas que te conquistan, profesoras que te llegan al alma con su forma de enseñarte y conocimientos almacenados de forma significativa, que espero perduren en esa memoria a largo plazo un tiempo prudencial. Pero también te topas con auténticos inútiles, ineptos que se hacen pasar por profesionales (y cobran por ello, menudo negocio), desorganización hasta en la sopa y voces más altas que otras intentando llegar a un acuerdo. En fin, quedémonos con lo bueno y esperemos que el año nuevo nos haga aprender de lo malo para que no vuelva a ocurrir. 

Cada año intento dar más prioridad a ese equilibrio del que tantas veces les he hablado, y parece que al final el hábito hace al monje (¿o no lo hacía?) y de tanto repetir la cantinela, uno mismo se la acaba aplicando. Estos meses han traído consigo importantes cambios en mi vida, momentos dulces como nunca había sentido y otros amargos en los que tienes que hacerte fuerte e imbatible, sin importar lo que pase. Pero estoy orgulloso de haber sabido adaptarme a ellos, estar presente cuando se me ha necesitado y cuando lo he deseado, priorizar ese instante en el que no importa nada más. Y no está mal darse a uno mismo una palmada de reconocimiento de cuando en cuando, que también hace falta.

Mi aventura bloguera se ha visto bastante afectada por esa cosa que llamamos vida cotidiana, y todas esas reflexiones y debates no se han volcado en una pantalla, lo que no quiere decir que no haya tenido que lidiar con ellos, faltaría más. Esperando poder retomarla en esos huecos libres que haya de vez en cuando, volveré a hacer un poco de ruido desde mi pequeño rincón virtual.