sábado, 31 de marzo de 2012

"La última pechadita"

Con el paso del tiempo, al final siempre llegan los resultados. Pueden ser los que esperabas o no, pero esta negación la quiero recalcar en ambos sentidos, ya que tanto pueden arrastrarte hacia abajo como elevarte como la espuma en una sorpresa inesperada.

En esta ocasión me toca a mí hablar de resultados académicos (aunque no tienen porque ser de ese tipo, que cada cual lo amolde a algún ejemplo propio, maravillas del libre albedrío...) Han acabado ya los parciales de este cuatrimestre y por esta vez tengo que decir que los resultados han sido mejor de lo esperado. Lo bueno de concentrarse y esforzarse cuando el resto está tocándose las narices o descansando, es que luego mágicamente la situación se va a invertir y me tocará a mi descansar (llamadlo vendetta si queréis) Otra cosa que te llena de alegría es comprobar como los que están a tu alrededor (y de quienes te preocupas, claro está) tienen buenos resultados y lo celebras con ellos. Sin embargos, no deja de existir esa sensación agridulce, cuando no han alcanzado la meta que se han propuesto. Pero para esos momentos, hay una buena solución: animarlos, apoyarlos y demostrarles que estarás ahí para echarles un cable (o dos) cuando les haga falta.

Alguien muy importante para mí, me ha enseñado una frase que se puede aplicar cuando las fuerzas te flaqueen, cuando estés a punto de tirar la toalla o cuando creas que el camino se ha terminado y no hay nada más para ti después: "la última pechadita"  Hace referencia a todo lo mencionado y mucho más, como cuando la cuesta se hace muy inclinada que piensas que no vas a llegar... Y si consigues que alguien te tienda una mano en esos momentos, puedes considerarte de lo más afortunado pues, ¿quién te dice que justo esa mano no sea el tirón que te hacía falta para conseguirlo?

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