lunes, 31 de diciembre de 2012

"Bella y Bestia son..."

No se me puede ocurrir un mejor tema para la última entrada del año 0 de "Psicologueando": "La Bella y la Bestia, el Musical" (agradecimientos y menciones especiales el año que viene)


Tuve la gran suerte de volver a entrar en contacto con mi niño interior y mi ilusión se unió a toda la sala del auditorio de Tenerife la pasada noche. Menudo espectáculo señores. Una noche, como poco, mágica. La escenografía, la puesta en escena, las coreografías, el vestuario... y sobre todo, las buenas voces de los actores, desde los figurantes hasta los protagonistas. Además, la compañía de 3 grandes chicas D, N e I (y que conste que no pretendo hacer un chiste de identificación) que al ser una historia de nuestra infancia, vivimos con mucho más ahinco y entusiasmo que muchos de los presentes. Más de un pañuelo fue necesario para el desborde de emociones al que, voluntaria y concienzudamente, nos expusimos (y que repetiríamos sin dudar un instante)

Debo confesar que es una de mis historias favoritas: ella soñando con vivir las aventuras que lee en sus libros y él, condenado y desdichado, piensa que nadie le puede amar por su aspecto. Y cito una de mis frases favoritas: "Pues... ¿quién iba a ser capaz de amar a una bestia?" (sonidito de la intro... y pelos como escarpias) Pueden buscarle todos los significados que quieran, pero es la forma más original que tuvo Disney de enseñarle a mi generación que la belleza está en el interior y que no hay que dejar de soñar y tener esperanzas.

Como dije al principio, espero que hayan pasado un año 2012 lleno de ilusiones, sueños y esperanzas y que para el año que empieza mañana, sean como mínimo iguales e incluso mejores. Feliz nochevieja a todos mis lectores =)

martes, 18 de diciembre de 2012

Para ti, T

Me van a permitir la licencia de escribir en segunda persona, porque esta entrada se la quiero dedicar alguien muy especial para mí, que da la casualidad que hoy cumple un año más, mi queridísima T

Ya sé que me lees, que sigues ávidamente mis pequeños pasitos en el mundo de la escritura desde tu rincón de intimidad y reflexión personal. Sabes que para mí es todo un honor que lo que voy escribiendo, mis "creaciones", pasen el filtro de toda una eminencia en la lírica castellana (y soy consciente de lo que digo, no es por alardear ni por rellenar con palabras vacias) Siempre te he hecho partícipe de la profunda admiración profesional que siento por ti en este aspecto, y el respeto, sobre todo respeto. Pero sabes que estas palabras no acaban aquí...

Mi adorada T es una mujer única, de las que se pueden contar con los dedos de una mano. Es capaz de quedarse un paso atrás o llegar 5 minutos tarde (por no decir horas o días) para asegurarse de que tú estés bien. CasiSiempre retrasa sus compromisos y pone a los demás por delante, pero lo que me sorprende y adoro de ella es que siempre lo hace con una sonrisa en la cara. Nunca pierde el espíritu de lucha, de seguir adelante con una actitud positiva, de ver el lado bueno de las cosas.... Y con los tiempos que corren eso es algo digno de agradecer.

¿Recuerdas cuando nos conocimos? Aquel noviembre de 2008 fue un gran punto de inflexión para ambos, ya que nos veíamos por primera vez y parecía que nos conociéramos de alguna vida pasada, prácticamente una conexión instantánea... Aunque ahora los caminos de la vida nos tengan más distantes, no encontrarán la forma de separarnos, porque desde entonces, te colaste en mi corazón y no pienso dejarte salir. En mi memoria quedan las noches de verano en la terraza, compartiendo risas y confesiones y contando estrellas (uno de los recuerdos más preciados que tengo, que atesoro con mucho cariño)

Cuando me necesites, ya sabes qué hacer y sabes que lo digo en serio. Te deseo de todo corazón el mejor de los cumpleaños y que tus sueños (OJO: los tuyos y no los de los demás) se hagan realidad. Un beso con todo mi cariño =)


sábado, 15 de diciembre de 2012

Reflexión musical: para los ingratos

Muchas veces la música no deja de sorprendernos. No sé muy bien si es porque proyectamos en ella nuestras experiencias de una forma brutal o por si llega la letra adecuada en el momento preciso. La música es para todos los gustos, colores, sabores y temperaturas, como las voces que la entonan, transportándonos a otra dimensión con lo que nos cuentan o sacudiendo nuestro cuerpo en una descarga de energía y creatividad mientras bailamos.

Canciones hay muchas, artistas por montones, pero grandes voces, solo unas cuantas privilegiadas que siguen con nosotros, ya que muchas de ellas nos han dejado (Nino Bravo, Rocío Jurado, por ejemplo) Para mí, una gran voz que aún nos alumbra es la de María Dolores Pradera. Les dejo esta reflexión en forma de canción, con su letra incluida y que cada uno interprete lo que quiera =)


No te asombres si te digo lo que fuiste,
Un ingrato con mi pobre corazón,
Porque el brillo de tus lindos ojos negros,
Alumbraron el camino de otro amor.

Y pensar que te adoraba tiernamente,
Que a tu lado como nunca me sentí,
Y por esas cosas raras de la vida,
Sin el beso de tu boca yo me vi.

Amor de mis amores dueño mío que me hiciste,
Que no puedo conformarme sin poderte contemplar,
Ya que pagaste así mi cariño tan sincero,
Solo conseguirás que no te nombre nunca más.

Amor de mis amores si dejaste de quererme,
No hay cuidado que la gente de eso no se enterará,
Que gano con decir que tu amorr cambió mi suerte,
Se burlarán de mí, que nadie sepa mi sufrir.

jueves, 13 de diciembre de 2012

Negligencias corporales

Realmente me sorprende la poca auto-consciencia corporal que tenemos (sí, uso el plural porque yo también me incluyo) Y no me estoy refiriendo a hacer la operación bikini ni a prepararnos para las copiosas comidas de navidad que están a la vuelta de la esquina, no. Estoy hablando de partes del cuerpo muy concretas, esas a las que normalmente no prestamos atención porque las usamos tanto que ni nos damos cuenta de lo importantes que son. Pero, hay que ver cómo fastidia cuando se nos lesionan , ¿eh?

Más de uno sabrá a qué me estoy refiriendo cuando cuente algún caso. ¿Qué me dicen de los uñeros? La piel que rodea a nuestras uñas está ahí, cumpliendo su función protectora, estética (en algunos casos), dandole calorcito, nutriéndola... Pero cuando tienes una matriz que decide crecer hacia dentro y clavarse en lo más hondo de tu ser (cuasi-literalmente hablando), ¿qué pasa? Pues que nos incapacita muchísimo, y por unos centímetros incrustados en la piel: no nos deja andar, ponernos de puntillas, bailar y hasta te duele conducir. Este es el caso en el que te sale en el pie, pero si es en la mano, todo lo que roces va al uñero, si alguien te da un golpe, te dará ahí (y mira que el hijo-de-mil-hienas tiene espacio para darte, pero NO, va ahí, al foco del dolor)

Pero la inspiración para escribir esta entrada es el grandioso dolor de muelas con el que llevo desde hace cinco días y parece que no remite. Tras la lógica visita al dentista, miles de enjuagues con agua tibia y sal y con inumerables dosis de ibruprofeno y paracetamol en el cuerpo, me he pasado a los antibióticos (prescritos, no me vayan a tirar mis medicuchos de las orejas con la automedicación) y otros analgésicos. Como la cosa siga así, tiro yo mismo de ella con alicates y acabo con el mal de raiz (si pudiera... ay si pudiera)


Pues termino diciendo que no seamos negligentes con nuestro cuerpo, que hay partes muy importantes, aunque parezca que no lo son.




domingo, 9 de diciembre de 2012

Falta de consideración

Hay días por los que pasas sin pena ni gloria, con un equilibrio más o menos estándar en tus alti-bajos emocionales. No obstante hay otros (y menos mal que los hay) en los que o te sientes dominado por la euforia y contagias optimismo a todo el que se te cruza o ves cosas que te dejan más que contrariado, patidifuso, y te preguntas si al mundo en general le faltan dos dedos de frente o es que ha perdido por completo el rumbo. Y para muestra un par de botones.

No hace mucho que he tenido que estar en contacto con niños por un trabajo de clase, experiencia que fue sumamente gratificante como comenté en una entrada anterior. Aquí un jovenzuelo inmerso ya en la veintena es un firme defensor de retomar la inocencia de vez en cuando. Hará cosa de unos días que vi una nueva película de animación cuya moraleja era no perder la inocencia ni dejar de creer en lo que te hace feliz. Y de pronto piensas: "¿y por que no hacerle caso?" Cuando sufres una regresión mental (sin llegar al extremo de lo patológico, cuidadín) y te dejas llevar, contagias ese espíritu a tu alrededor y no si no lo has hecho, no sabes las buenas recompensas consecuencias que puedes encontrarte...

Pero siempre está la cara B de la situación. Hoy mismo tuve que presenciar una muestra del gran egocentrismo mundial (del que todos pecamos en algún momento, quien esté libre, que tire la primera piedra y ese no seré yo) ¿Por qué nos cuesta tanto ponernos en el sitio de los demás? ¿Dónde quedó esa mínima empatía social? ¿Cómo se puede llegar a un restaurante y ocupar una mesa de ocho comensales cuando son 3 doñas las que van a comer ahí? Son situaciones que te hacen pensar y si me apuras, hasta enfadarte. Porque pongo la mano en el fuego de que si van ellas con sus respectivas familias y son las que sufren esa desconsideración, estarían jurando en arameo el resto del almuerzo...

Desde aquí mi reflexión: no perdamos la perspectiva señores, a veces dar un poquito o ponerse en el lugar de los demás trae consigo buenas recompensas. O si no, tengamos esperanza de que el tiempo las traerá.

jueves, 29 de noviembre de 2012

Entre parciales y exposiciones

Prácticamente cerrando el mes y parece que tengo el blog cogiendo más polvo que esa arpa sucia y cubierta del mismo en un oscuro y frío rincón del ático que cita la conocida metáfora (y que acabo de adulterar como un campeón, los estragos de la memoria supongo...)

Noviembre se ha convertido en el mes académico por excelencia. La desaparición incial fue por los primeros parciales del curso. Entre prácticas y liberar módulos teóricos estuve las dos primeras semanas, con la preparación correspondiente. Pero no contento con eso, no podía dejar de lado las "magníficas exposiciones" a las que empecé a enfrentarme esta semana y me quedan un par de ellas todavía por sortear.

Es curioso esto de las "evaluaciones continuas", porque con tanto trabajo y recogida de datos y preparación de las exposiciones y... (bliblibli) te aparece una fecha de: "EXAMEN" CHAN CHAN CHAAAAAN (introducir mentalmente música dramática) Y claro, la pregunta obvia es: "Cari, ¿y cuando me miro yo la teoría? porque por mucha facilidad, si luego no tienes tiempo, al final nos vemos en las mismas..." Entre estos dilemas y mil malabares, conozco a más de uno que las ha pasado un poco canutas por estas fechas...

Pero bueno cuando aparecen los primeros resultados y son positivos, el gustirrinín que te invade es lo que te da fuerzas para tirar para adelante y decirte: "así sí". Si bien, nunca está de más cierto reconocimiento o apoyo por parte de tu entorno, que a veces ve señales donde no las hay y otras no son capaces de ver un gran cartel de neón delante de sus narices.

Próximas reflexiones a la vuelta de la esquina, de verdad de la buena =)

domingo, 28 de octubre de 2012

Pequeñajos

Recientemente he tenido el privilegio de hacer un poquito de trabajo de campo como futuro psicólogo, y me ha gustado tanto la experiencia que no quiero dejar pasar la oportunidad de comentarla. Diré que puedo llegar a entender la satisfacción que sienten educadores, pedagogos, pediatras y todo aquel profesional que se dedique a los pequeños de la casa: los niños.


 En mi caso, tenía que recopilar dibujos de los pequeñines de distintas edades a la vez que tomaba notas sobre su actitud, cómo cogían el color, su distribución... (cada cual varía según la edad del chiquitín) A mi amigo D y a mí nos tocó lidiar con los más complicados: los enanos de 2 - 3 años. Pero a la vez los más divertidos, porque son los más inocentes, los más puros, no van a estar sesgados por la timidez o la vergüenza, son quienes son, en todo su esplendor (y eso es algo maravilloso)

No puedes llegar y tenerlo todo hecho, tienes que ganarte a esos niños y para ello haces lo que haga falta: te arrodillas para ponerte a su altura, cambias tu tono de voz, sonríes en exceso, les prestas atención... Lo que sea para ganarte un pedacito de su confianza. El momento más gratificante de todos es cuando lo has logrado y para mí llegó de un modo muy especial. Mientras jugábamos en el suelo, ordenábamos unos platos y  me señalaban fotos donde estaban ellos, se me ocurrió probar una hipótesis de confianza con ellos. Había que guardar unos juguetes en un baúl y le dije a uno: "Yo no sé donde se guardan, ¿me llevas?" a la vez que le tendía la mano. No pueden imaginarse el regocijo que sentí cuando me la estrechó y tiró de mí hasta el baúl. En ese momento no sé quien era más niño, si él o yo, por la inocencia e ilusión que ambos desprendíamos.

Lo genial de mi carrera es que te va abriendo puertas según vas avanzando, y la parte infantil ha llegado a mi cabeza, pisando fuerte para hacerse un hueco al grito de "aquí estoy yo, tenlo en cuenta". Y supongo que habrá que hacerle caso. Gracias a mis queridos I, D y B, mis enanos, mis locos bajitos, los pequeñines que robaron un trocito de mi corazón.

jueves, 18 de octubre de 2012

Tarde de lluvia

"Let the rain fall down and wake my dreams, let it wash away my sanity..."

Bienvenido otoño, ahora es cuando empiezas a hacerte notar. La lluvia ha llegado señores. Así que ya saben, a desempolvar los abrigos, limpiar las botas y tener un pañuelo o una bufanda a mano. Muchos (entre los que un servidor se incluye) tenían ganas ya de que empezara a sentirse un poco el frio, el cambio de estación en todo su esplendor. Si bien, nunca llueve a gusto de todos (y eso que la expresión me viene al pelo) A despedirse de las mañanas en la playa, las bermudas o los helados a cualquier hora, momento y lugar. Puede sonar un tanto drástico eso de la despedida, solo es un "hasta luego" momentáneo, no se me vayan a preocupar. Con este tiempo es inevitable ponerse a pensar en qué cosas puedes hacer en una tarde de lluvia y por más vueltas que le doy, el factor "compañía" no deja de aparecer tú (mi pequeña oda a un profesor, confío en que mis psicocompis lo pillen)

 Si estás solo, las opciones son casi claras: o te vuelcas en el trabajo/estudio/proyectos o te dedicas al tiempo de ocio y personal. Y dicho así suena bastante interesante, apetecible incluso. Además, no digo yo que eso no sea imprescindible en determinados momentos, que lo es, lo digo por experiencia. Pero... ¿y si te acurrucas junto a alguien? No vayamos al tópico de la pareja, que también se incluye; hagámoslo extensivo a las relaciones personales en general: un amigo al que echas de menos, una hermana con la que bromear (y a la que picar, los que las tienen se sentirán identificados supongo) o alguien con quien te gustaría pasar mucho más tiempo bajo las mantas (en el sentido que a cada uno más le guste) El estar acompañado puede hacer de cualquiera de las actividades comentadas antes, algo mucho más llevadero, divertido y hasta productivo. Lo único que no puedo controlar, son esos pensamientos típicos y románticos de una tarde de lluvia, sintiendo a esa persona a tu lado.

Entre folios, documentos de word, lluvia y capítulos de series me toca a mí pasar la tarde. ¿Alguien que quiera hacerme compañía?

"... Cause I wanna feel the thunder, I wanna scream..."

miércoles, 17 de octubre de 2012

Vocación

Cuando te estas formando para algo que realmente te gusta, que te apasiona, que te lleva al punto de decir "no me importa ir a 80 charlas fuera de mi horario y desplazarme a donde haga falta", ese es el momento en el que entiendes el concepto de VOCACIÓN.

En mi vida pasada (más bien anterior, pero le da un toque literario más molón) me codeaba con personas que realmente sentían ese sentimiento de pertenencia y de vinculación. Es de sentido común que los futuros medicuchos deben sentir una vocación real por su carrera y por lo que será su día a día hasta que se jubilen. Por fortuna, conozco casos que son capaces de llevar esa sensación hasta su máximo exponente y son aquellos que para mí serán buenos profesionales en el futuro. También está el lado opuesto de la moneda, que no quedarán impunes en esta entrada. Son esas personas que sienten un ligero cosquilleo de lo que ellos entienden por "vocación", pero sus metas personales distan mucho del objetivo inicial comentado. Véase prestigio, un salario junto a una vida acomodada y toneladas de "pseudoreconocimiento" (lo que viene siendo una necesidad de atención causada por un complejo de inferioridad más largo que ancho, cuidado amiguitos). A todos ellos, desde el cariño, solo puedo decirles: MEDIOCRES.


Ahora con mis estudios de psicología soy capaz de ver más allá y, dejando a un lado los conocimientos, he podido sentir en mis entrañas, de un modo absolutamente visceral, el concepto de vocación (¡¡al fín!!) En mi caso, ese momento llegó cuando sentí que mi integridad y ética como futuro psicólogo se vió amenazada o más bien cuestionada. Se te hace un nudo en el estómago, te alteras, realmente sientes que te ofenden, no comprendes que lleva a esos cafres individuos a ponerte en duda... Y ahí apareció, como una llama recién prendida, la PASIÓN.


Desde aquí, a ti que me lees, solo puedo decirte que te involucres en lo que realmente te gusta, haz algo que haga que todo tu ser se excite, que te desborde, que te compense... Verás lo gratificante que puede resultar





sábado, 13 de octubre de 2012

Organización y Espontaneidad

Según vas creciendo y avanzando en tu vida, te das cuenta de lo importante que es la planificación y la programación en el día a día. Una agenda puede convertirse en tu mejor aliada en un mundo en constante cambio, cuando te retrasan una cita programada hace dos semanas para tres días después y cosas por el estilo. Los que me conocen saben que soy fan incondicional de la programación, aunque a veces me deje llevar por el tentativo camino de la espontaneidad (cosa que hago mucho menos de lo que debería)

No solo está bien llevar un control de las cosas formales, citas médicas, turnos de prácticas y grupos de estudio, sino también de las relaciones informales (no siempre, pero es un consejo) Realmente es un alivio y supone menos quebraderos de cabeza, cuando llevas un relativo control en lo respectivo a los planes de ocio. Además que lo disfrutas sin presiones, sin agobiarte por estar en otro lugar o haberle dicho a Fulanito que te veías con él un rato después, pero pasando primero por casa de Menganito.

Hoy me fui de almuerzo con mi querida D y unos amigos más, una tarde con una comida digna de cualquier restaurante estilo dinner americano. A pesar del rato de espera, la poca disponibilidad de mesas y los traslados de última hora, fue un rato de lo más agradable y divertido. Y, como un servidor cree, parte de esa diversión se debe también a haberlo organizado con tiempo.

Pero dentro de mi cuadrícula de mundo organizado y con sus límites, surgió después la posibilidad de un paseo inesperado, con un café aún más improvisado, para seguir contando cosas entre ella y yo. Solo puedo decir que cada persona es un mundo independiente, esperando a ser descubierto y explorado, y en el caso de mi querida D, las aventuras que se pueden compartir son dignas del mismísimo Julio Verne. Lo siento, queridos amigos, pero esas cosas les aseguro que se van a quedar entre ella y yo, o para ti si lo lees, entre tú y yo


Tardes en el parque


Ya había comentado que escribir en otros lugares siempre viene bien para darle un poco de juego a la realidad (y a la fantasía también, que nunca está de más) Hoy me he venido a escribir la entrada a un espacio cubierto de verdor, hojas secas y bambú (muchos ya lo reconocerán, al resto les doy libre albedrío a su imaginación)

Un parque es el lugar ideal para todas las edades, el rango que puedes variar no tiene parangón. Empecemos por los niños, con su inocencia y sus manos cubiertas de tierra (eso es bueno, futuras y aprensivas madres/padres, dejadlos que vayan desarrollando su propia inmunidad) Corretean de un lugar para otro, despreocupados, con el único pensamiento de si volverán mañana o no, lo que sea necesario para recuperar la sonrisa de su rostro. En este grupo nunca está de sobra incluir a sus custodios, sean padres, abuelas, primos o hermanas responsables, con un ojo sobre ellos y el otro también. Extremar las precauciones nunca está  de más, y menos con estos “gigantes menudos”.

También tenemos a los adolescentes, en esa fase de exploración personal, de buscar su identidad, de “me visto como quiera y me da igual como me mire el resto del mundo” que todos hemos pasado (sean con conductas referidas al vestuario, actitud o cualquier otro tema) Sí, asúmelo, tú también eras así y pasaste por ella, no te pongas de remilgoso ahora que nos conocemos… Cómo es lógico en un parque, mire donde mire voy a ver parejas, de todos los tipos, edades y colores, pero eso ya lo dejo para otra entrada, que si no esta se me hace muy extensa.

Otro grupo es el de los adultos y las conductas que se observan en ellos son más simples, o menos interesantes, dicho de otro modo. Muchos vienen solos, en mallas y tenis, de lo más deportivos para aprovechar el aporte de oxígeno extra de los árboles en su ejercicio diario/semanal/anual (vaya usted a saber…) Otros vienen en grupos, arreglados como para ir a una boda, con el único fin de sentarse a tomar un café o lo que surja y ponerse al día de sus novedades. Pero mis favoritos son los paseadores de perros. Pillan cualquier ropa tirada por casa, correa y bolsita en mano y salen a la aventura. Siempre en buena compañía, nunca solos, con expresión de estar resolviendo el mundo perdidos en sus cavilaciones o pendientes del boletín informativo de la radio.


Y por último están esos especímenes, que puedes ubicar casi en cualquier grupo de los anteriores. Esos que ves deambular solos, muy probablemente enchufados a unos cascos y un reproductor de música, y que son parte de un cajón de sastre mucho más amplio. Desde abuelos que pasean por hacer de su tarde algo más entretenida, mujeres que esperan y desesperan no se sabe muy bien a qué y jóvenes que se sientan en un banco con un mini-portátil en el regazo esperando que se les ocurra alguna buena idea sobre la que escribir una tarde de sábado.


viernes, 12 de octubre de 2012

Sonrisas

Si bien es cierto que los dramas y las tragedias son partes importantes e inevitables de nuestro día a día, nadie nos ha dicho que no esté en nuestra mano tomarnos el resto con el mejor humor posible, ¿o no es cierto? =)

Mucha gente sabe que hay estudios que lo demuestran: sonreir es bueno para nosotros, para nuestra salud, para nuestro entorno, en definitiva, para la vida en sí, pero luego las personas no están tan susceptibles a dejarse llevar por el sentido común. ¿Qué es lo que pasa? Que se enfurruñan, se amargan, se enfadan y, finalmente, se ponen tristes. Y desde aquí lanzo mi guante, mi granito de arena, mi aportación... ¿Para qué? ¿Realmente te compensa? Si tanto lo quieres o lo deseas, lucha por ello; si no puedes hacer nada, ten la madurez de aceptarlo y asumirlo. Pero nunca te olvides de poner una sonrisa en la cara =)

Como a mí me gusta ilustrar con ejemplos propios las cosas que digo, no me voy a ir muy lejos. Esta semana durante unas conferencias a las que fui con unos amigos, tuve la suerte/mala pata/destino/fortuna (llamadlo como queráis) de ser víctima de un ataque de risa. Lo gracioso de la situación es que me pasó durante una ponencia y no sabía como controlarlo. Mi cuerpo se agitaba con pequeños botes, las lágrimas me corrían por las mejillas como hacía tiempo que no pasaba, mis mejillas estaban rojas a punto de echar fuego... y todo esto intentando hacer el menor ruido posible. Parece que se pasa mal, pero queridos amigos, compañeros y lectores varios, les confieso que ha sido uno de los mejores momentos que he tenido en las últimas semanas =)


You're Never Fully Dressed Without A Smile

miércoles, 3 de octubre de 2012

Batacazo electoral

Ya he mencionado más de una vez el peligro que tienen las expectativas en nuestro día a día. Muchas veces te exaltan cuando se cumplen, pero en otros casos, del batacazo no nos libra nadie. Y, en esta ocasión, yo soy de los del segundo grupo.

Muchos años después, superados los traumas de la infancia y con unos toques de fobia social (estamos trabajando en ello...) decidí que era hora de sacudirme las telarañas y enfrentar a mi coloso particular: el público y, en este caso, el cargo de delegado de clase. No es que tuviera muy buenas experiencias en el pasado con el tema, de hecho más de un buen disgusto me costó. Pero con los años uno se vuelve más cauto, más organizado y más sabio, lo suficiente para saber cómo moverse en la universidad y los botones que se deben pulsar (y si me apuran, hasta el grado de presión que se le debe infligir)

Durante todo este período, me complace anunciar que no estuve solo. En el principio me mostraba más reticente, me alejaba del tema, pasaba sobre él de puntillas... (mecanismos de defensa, capítulo 102) No obstante, y con un empujoncito de mis amigas R y B (sobre todo), decidí que ya era hora, que era mi hora. Además, creo que mi sistema al grupo en general le beneficiaría enormemente, por los conocimientos previos de la institución que tiene un servidor, el manejo con los cronogramas y los equilibrios que he hecho a la sombra con los horarios. Tras los consejos de D, S y M, unidos al apoyo de P, I y R, no tenía ya lugar para esconderme. Me tocaba dar la cara...

Y eso fue lo que hice hoy, el día de la elección del Prefecto de la clase. Tras un discurso sin preparar, donde los nervios jugaron más de una mala pasada, mi momento frente al temido público llegó y pasó, fugaz, como tirar de un esparadrapo en un solo gesto. Hay que mejorar las técnicas de discurso en público, me lo repetiré hasta interiorizarlo y personalizarlo de una vez por todas (dadme un tiempo, un poco de consideración) Tras el recuento de votos, no fue suficiente para optar al cargo. Pero hay 11 gracias muy especiales que tengo que dar por la confianza que me dieron con su papeleta. A los que ya se las he dado en persona, se las reitero, y a los que no pero por casualidad me leen, también. Gracias miles.


"Dedicado a mis directoras de campaña, que tanto lucharon por un futuro mejor para la clase"




martes, 2 de octubre de 2012

Un café entre tú y yo

Antes de comenzar con la entrada propiamente dicha, me gustaría recalcar el hecho de que soy consciente de que debería haber estado publicada mucho antes (tanto como el fin de semana pasado) y que las sorpresas se hacen esperar a veces más de lo que nos gustaría, pero aferrándonos al refranero popular: "más vale tarde que nunca", ¿verdad? =)

No podía creer que ese sábado hubiera llegado. La verdad que cuando estás alrededor de un año esperando para tomar un café con alguien (que se dice pronto), las expectativas pueden desbordarte de manera que no te esperas (precaución pequeño corazón) Salí temprano de casa, portátil en mano, para no llegar tarde. Iba enfrascado en mi música, con pasos de baile apareciendo sin cesar en mi cabeza, arropado por el calor de la tarde de un otoño que, de momento, comienza tímido su andadura por la estación. De camino por el parque, me dio por atravesarlo. No me pude resistir a ese pasillo de bambú y a que se me escape alguna que otra sonrisa en el proceso (ahora que lo pienso, fue un momento muy zen, muy de conexión naturaleza-uno mismo)

Y con una puntualidad inglesa que me dejó de lo más sorprendido, llegué al punto de encuentro. Imaginad cual fue mi reacción cuando vi que ella, mi querida D, estaba ya esperándome allí. Me recibió con una de las sonrisas más sinceras que recuerdo en los últimos años (dejemos la hipocresía y las dobles caras para otra entrada, que ya le voy teniendo ganas...). Y así dio comienzo una puesta al día mutua sobre las novedades en nuestras vidas. Tirar de retrospectiva y disco duro emocional puede ser algo amargo, ¿qué mejor que suavizar el momento con un café bien dulce y ver tu propia mirada reflejada en unos ojos que no pierden hilo de lo que vas contando? Bienvenidos al maravilloso mundo de la retroalimentación positiva, los refuerzos y las mejoras en las relaciones sociales (De nada por el consejo)

En un santiamén, se nos pasó la tarde, entre confesiones y cafés, entre risas y escalofríos, entre un dulce y un vaso de agua ausente, pero lo más importante, entre ella y yo, o como me consta que prefiere, entre tú y yo. Quiero que sepas que espero con entusiasmo nuestro próximo encuentro, y que espero que no se demore un año =)

"Con todo mi cariño para D, por devolverme parte de esa inspiración dormida"





domingo, 23 de septiembre de 2012

Primeros Pasos (de nuevo)

Bueno pues así casi sin percatarse uno, llega la primera semana de clases y pasa volando. Volver a empezar y encontrar todo en su lugar es una sensación muy compleja de explicar. Todo sigue igual, el camino hacia las puertas, los bancos, los árboles, el aula, pero sin embargo todo ha cambiado...

El campus se ve con otros ojos cuando dejas atrás el primer año. Tras los primeros meses, el período de adaptación puede darse por concluído, pero cuando vuelves al curso siguiente, el cosquilleo que se siente hace que tengas una actitud diferente, más madura, más de "este es mi sitio y lo sé". Creo que es una de las mejores sensaciones que se pueden tener, la protección del hogar o el sentimiento de pertenencia.

Algo más cálido que el abrazo metafórico de unos muros de piedra y la vegetación es el reencuentro con caras conocidas. Vuelves a ver a compañeros, recuperas relaciones, y de paso tanteas el ambiente para encontrar nuevos rostros. Habrá que estar pendientes para comprobar que lazos pueden forjarse en esta etapa que comienza, por ahora la cosa parece de lo más interesante. Aunque, nada como los amigos. Pasar el verano con ellos es una cosa, pero volver a vivir las aventuras del día a día juntos, es algo fantástico.

Nos esperan muchos meses de batalla, trabajos que entregar, investigaciones que realizar y pruebas que superar. Pero sé que con ellos todo será mucho mejor. Mientras tanto... ¡¡Bienvenidos a Segundo de Psicología!!


martes, 11 de septiembre de 2012

Inconformismo

Como cada septiembre, la vuelta a la rutina es algo casi inevitable. Pero si no te paras a pensar el modo en el que has vivido tus vacaciones, prácticamente no te percatas de las ganas que tienes de volver o de salir corriendo lo más lejos posible.

En mi caso, las ganas de empezar de nuevo se han vuelto una necesidad más que otra cosa. El verano se ha extendido demasiado, hecho bastante comprensible si empiezas tus vacaciones a un 28 de mayo. Siempre te queda la incertidumbre de estar esperando los resultados de tus últimos exámenes, lo que suele traer de cabeza a un servidor a más de uno, pero ya estás "liberado", sin la obligación de tener que estar este día a esa hora en aquel aula.

Algo que me ha quedado bastante claro es que nunca llueve a gusto de todos y que la vida tiene cierto sentido del humor kármico de lo más interesante. Realmente yo no tendría que estar escribiendo esta entrada ahora, sino en la presentación de mis nuevas asignaturas o posiblemente saliendo y compartiendo recuerdos estivales con mis compañeros y amigos. Pero no. Cuando están todas las facultades reuniendo a sus alumnos y novatos universitarios, en la mía solo está la presentación de los de primero, teniendo el resto que ir a partir del próximo lunes porque necesitan nuestras instalaciones para las pruebas de acceso de septiembre. Eso lo único que significa es que se alargan más unas vacaciones a las que estoy deseando ponerle fin. Y no porque me lo haya pasado mal precisamente, todo lo contrario, han sido moviditas. Sino porque ya es hora de volver a centrarse, de afrontar nuevos retos, de levantarse para volver al juego y de vivir las mil y una aventuras que nos tenga preparadas el día a día.

Feliz vuelta al "cole" a aquellos que empiezan hoy y paciencia para aquellos que, como yo, están deseando volver.

sábado, 18 de agosto de 2012

Sueños

Pocas veces nos paramos a pensar en lo común que puede ser la expresión "dulces sueños" y lo poco que la valoramos. Pero no nos percatamos hasta que su alter-ego tiene la desfachatez de colarse en el subconsciente y consigue sacudir nuestro sistema nervioso de arriba a abajo con un simple vaho. Me refiero, como ya supondrán, a las pesadillas.


Como los medicuchos me enseñaron, después de comer entramos en un período llamado postpandrial, en el que nos aletargamos, nuestra actividad metabólica disminuye y es más fácil quedarse dormido que escuchando una conferencia sobre la influencia del cambio climático en la reproducción de las hormigas africanas. Pero una vez que el cuerpo cae en manos de Morfeo, ya es nuestra mente la que toma el control, el subconsciente se libera y hace de las suyas.

Cuando te sorprende con fantasías inesperadas, unicornios voladores, encuentros gratificantes o tórridos momentos sexuales con quien menos te lo esperas (sí, no me vengan ahora de santurrones que Freud nos tenía calados a todos oiga...), la sensación con la que despiertas es agradable, incluso extraña si estamos muy impresionados, pero en líneas generales, bastante llevadera.

El problema está cuando nos vemos atrapados en una "pesadilla en bucle". La denomino así porque lo que vives durante el sueño es la situación de despertarte una y otra vez, pero no salir de la pesadilla, sino caer en una peor. Entonces la agonía, el desasosiego y la angustia son los que toman el control. Te quedas paralizado, presa del pánico y de la incomprensión pensando en porqué no despiertas, hasta que tras varios ciclos lo consigues.Y a pesar de que pueda parecer que tras lograrlo te sientes victorioso, con lo que te quedas hasta un buen rato después es con un mal cuerpo que no les quiero ni contar.

Mi consejo, tras haberlo pasado, es que no le toquen las narices al subconsciente y tengan cuidado con los botones que activan sin darse cuenta. Pueden acabar demonizando a un amigo, a un amante secreto o a un familiar y pasar un rato tan desagradable que no se lo deseo a nadie.

miércoles, 15 de agosto de 2012

Escapada sureña

Parece que al final las entradas de agosto se me estaban resistiendo, pero más vale tarde que nunca, ¿verdad? Tras un ligero rifi-rafe con las musas, el cual todavía no está solventado del todo, saqué un momento para comentar una ligera escapada. Como muchos saben por entradas anteriores, a pesar llevar más de dos meses de vacaciones (que se dice pronto), con esto de la mudanza no he tenido tiempo ni para planear ni para irme a ningún lugar de vacaciones (ay, que lejano se me antoja aquel interrail de hace un año... nostalgia...)

No me cansaré de repetir que una de las mejores recompensas que me ha traído el cambio de carrera es la maravillosa gente con la que me he encontrado. Cuando nos juntamos, la imaginación se dispara, empiezan a surgir planes a raudales y es raro que no se escuche un: "Ey chicos, pues tenemos que ir a..." o "Pero quedamos y lo hacemos, ¿vale?" (Nota: si nos lo pasamos bien cuando organizamos el plan, imaginad cuando es improvisado...)

Tal y como nombré a mi querida N en nuestro momento de danza, tengo que nombrar ahora a B, a R y a D porque con ellos emprendí estas mini-vacaciones. Fueron dos días que nos supieron a poco, pero bastante intensos. ¡¡Qué se puede esperar de un viaje, que empieza con olvidos de ropa y excursiones por carreteras desconocidas buscando como volver a la autopista!!

Cuando ya pensábamos que el tema de orientación estaba solucionado, empezó la odisea de "¿y cómo llegamos al hotel?" a la vez que lo veíamos a una distancia bastante próxima (lo que aumentaba la frustración por momentos) Y tras pasar dos veces por la calle, vemos un gran cartel, con flecha incluída, que nos indicaba el nombre y la dirección. En otro momento, situación o con otra gente el "tierra trágame" hubiera sido brutal, pero lo único que se escuchaba en la calle eran nuestras risas y reproches dignos de una reina del drama (es lo bueno de vivir aventuras con tus amiguis)

Y así pasaron dos días, entre agua salada y con cloro, paseos al atardecer y descubrir nuevos comercios con rebajas y productos que no son de este mundo (donde volveré algún día sin falta...) Pero, sin ninguna duda, sin ellos no hubiera sido lo mismo. Gracias cHHicos.

lunes, 30 de julio de 2012

Hogar

Ya el traslado ha dejado de ser un proyecto para convertirse en realidad. Así es señores, tras muchas cajas, cinta de embalar y muebles que montar, un servidor puede decir que oficialmente se ha mudado. Quería esperar un poco para publicar esta entrada, pues como ya he venido comentando, uno requiere de su período de adaptación y de hacerse con lo nuevo para poder formarse una idea.

Una semana es el tiempo que llevo viviendo en mi nueva casa y se le va cogiendo el gustillo. Al principio, con todos lo que tienes por colocar, ni tiempo tienes para decidir donde poner las cosas, en que sitio quedan mejor, o que momento vas a colgar ese cuadro nuevo que le da a tu habitación ese aire tan pintoresco que estabas buscando. Es más una vorágine de polvo, cosas viejas, recuerdos usurpando lugares nuevos y trastos a los que darle sitio. Pero, les digo que con una buena organización (y con un par de manos extras) se pueden lograr muchas cosas en poco tiempo.

La primera noche que iba a pasar en mi casa, así por avatares del destino, sonó en mi coche la canción "Home" de Michael Bublé y fue tal la emoción que me embargó que se me rallaron los ojos en medio de la autopista (aunque uno disimula y se pone a cantarla a pleno pulmón para pasar mejor el trago) La nostalgia nos invade cuando tenemos que despedirnos de algo, de alguien o, en este caso, de un hogar donde has vivido grandes momentos. Nunca está de más rodearse de ese par de manos extras para que la transición sea más soportable (y gracias a ellos, se ha conseguido)

Siento que en breve volverá a darme la vena bloguera y les daré más el coñazo, pero por ahora me despido pensando en mis antiguas vistas y compartiendo lo que ven mis ojos cuando me asomo a mi nuevo balcón.


martes, 24 de julio de 2012

Butaca para dos

Bueno, después de unos días de desconexión (física como virtual) y un par de rayos de sol compartidos y a solas, toca retomar los buenos hábitos, que la verdad tenía ganas de volver a pillar el blog por banda. Y que mejor forma que contar mi experiencia con la danza clásica la noche pasada.

Para los que no lo sepan, el baile es una de mis pasiones. Aunque me inicié relativamente tardillo en un arte como este, no me quedo atrás cuando toca apreciar su belleza. Y para ir a las raíces del baile, que mejor forma que hablar de su base: el ballet clásico. Dentro de su complejidad, con la gran dedicación y preparación que conlleva, lo considero uno de los estilos que más transmiten de todos ellos (y eso que no es mi especialidad, ahí es nada)

La pasada noche tuve la ocasión de disfrutar de una de las obras clásicas más bonitas que existe: "El lago de los cisnes" representada por el increíble ballet de Moscú. Una de las mejores cosas de la noche, antes de que se me olvide mencionarlo, fue la compañía de mi querida amiga N que aprecia el ballet tanto como yo y sabe encontrar la belleza en ese movimiento coordinado subido a unas puntas. La obra en esta ocasión se dividió en tres actos, aunque solo hubo un descanso en medio. Aún recuerdo el sonido de los primeros acordes y como se nos puso el vello de punta.

Dentro de la representación podría destacar la maravillosa escenografía, los efectos de la iluminación, la brillantez del vestuario, pero yo me voy a quedar con los movimientos y con tres en concreto: el primer paso a tres que hace el príncipe, con el mago y el cisne blanco, mezcla de intriga, pasión, impotencia y tentación; el solo del cisne negro cuando enamora al príncipe con su embrujo, pura sensualidad y deslumbrante actuación la de la bailarina; y, como no, el famoso "pas-de-quatre" de los cisnes menores en el bosque, coordinados a la perfección, se lucieron hasta cortarme la respiración (imaginaos como rompí en aplausos cuando acabó ese movimiento)



En definitiva, una noche de verano para recordar, buena música, buen espectáculo y mejor aún compañía que tuve la ocasión de tener.

miércoles, 11 de julio de 2012

Madrugando

Cuando te pones a pensar en esas frases del tipo: "A quien madruga, ""Dios"" le ayuda..." o "Si te levantas pronto verás como aprovechas mejor el día..." y demás, no sueles prestarles mucha atención. Más bien, cuando estás de vacaciones tiendes a ignorarlas, en plan tirar el despertador por la ventana, trasnochar, oscurecer la habitación y hasta que el cuerpo aguante (o te despierte tu madre llamándote por teléfono, todo un clásico)


 Aunque la verdad que es digno de mencionar, que cuando te da por levantarte más temprano y tienes tiempo libre (véase, no estar en clase, ya que eso es lo más normal) el día te cunde lo más grande. Ya me ha pasado alguna vez que otra (pocas, todo sea confesado) pero hay que ver lo que se puede estirar la mañana si te planificas bien.

Y para muestra un botón. Salir a desayunar fuera, llevar a un familiar al médico, dar una vuelta para hacer tiempo, recogerlo, ir a una tienda a la otra punta de la isla y volver a la casa... Y todo eso antes de mediodía! Me dio tiempo hasta de preparar el almuerzo con mi prima para dentro de un rato. La verdad que te dan hasta ganas de planificar cosas más productivas, pero entre verbena y verbena, ya irán surgiendo los planes.
Por lo pronto, y de vez en cuando, nunca viene mal despertarse un poco antes para no quedarte toda la mañana con la cabeza pegada a la almohada.

sábado, 7 de julio de 2012

Adaptaciones

En todo cambio viene lo que se conoce como un período de adaptación. Tienes que dejar atrás antiguas costumbres y hacerte a las nuevas, pero eso sería como la conclusión a todo el proceso. En realidad es mucho más duradero y con más altibajos inesperados de los que piensas.

En entradas anteriores ya había dejado claro que estoy en pleno proceso de mudanza. Cinco años con sus experiencias dan para mucho que contar y recordar la verdad. Vas metiendo cosas en cajas, encuentras papeles que no sabías que aún conservabas e incluso hay familiares que intentan boicotearte, que creen que es divertido guardar cosas que aún necesitas sin avisarte (nótese la ironía) Todo ello te pone de un nostálgico de padre y señor mío...

Normalmente, las adaptaciones comienzan cuando ya empiezas con lo nuevo, pero nadie te avisa de que si haces las cosas de forma gradual, la adaptación también se pinta del mismo color. Un ejemplo para entender lo que quiero decir es el cambio de colchón. Pero me explico, porque si cambias de un colchón normalito a otro superior y mejor, es que ni lo echas de menos. El problema viene cuando sucede al revés. Cuando tú ya te has hecho a un colchón, tu rutina de descanso, tus posturas... y de pronto (y aunque solo sea de forma transitoria) vuelves a dormir sobre una tabla, pues se nota. Tanto es así que me planteé levantarme y escribirlo anoche, pero me hubiese desvelado más de lo que ya lo estaba.

Esto puede aplicarse a muchas otras cosas, el cambio de la distribución de habitaciones, la zona, los muebles que te traen recuerdos... Lo bueno es que aunque lo material cambie, esos recuerdos permanecen contigo. Y lo más maravilloso de todo, es que tienes toda una nueva experiencia por delante, para crear unos nuevos.

lunes, 2 de julio de 2012

Primeras rebajas

Hoy he tenido una experiencias que toda persona debe probar al menos una vez en la vida. No es que sea una gran cosa, pero si nos paramos a pensar en el resultado en comparación con otros años, se nota, créanme señores que se nota. Y estamos hablando nada más y nada menos que del primer día de las rebajas de verano.

Realmente llegas con ciertas expectativas: ver a las señoras en las puertas esperando a la apertura para entrar cual marabunta, estar cerca cuando haya una pelea por "eso lo cogí yo primero" o "aparta que esa talla es mía", el ingenuo deseo de elegir bien las horas para evitar las colas (tanto en cajas como de tráfico) y, no puede faltar, encontrar tu talla con uno de los mejores descuentos.


Entonces lo que haces es que te organizas. En lugar de ir a la apertura, a pesar de que la tentación de ver a las doñas es bastante suculenta, esperas y vas una horita después. Si vas acompañado, te distribuyes la tienda mucho mejor, cada uno mira lo suyo y luego lo ponen en común. Todos sabemos que siempre una opinión amiga ayuda a descartar y seleccionar lo asequible de lo hortera. La hora de la verdad llega dentro del probador, cuando llega el punto que no sabes lo que tienes en la mano, pero tú te lo pruebas igual "por si acaso..." (esto le pasó a mi amiga S. así que es verídico, que conste) Y por último, de lo más satisfecho contigo mismo, te marchas a la caja para hacer tuya esa americana que te encantaba y hoy la has encontrado con un 50% de descuento.

Cuando recalcaba antes que se nota la diferencia de ir el primer día con el resultado, me refería a los artículos que encuentras. Con el enclaustramiento por exámenes de julio en mi vida pasada, sólo me daba tiempo de llegar a las segundas o incluso terceras rebajas, donde lo que encuentras es aquello que no se pone nadie en su sano juicio o al menos con un gusto relativamente decente a la hora de vestir. Así que me dije que era algo que tenía que probar eso de ir el primer día, y pese a que me hubiese gustado ver más "sangre social" (vena sádica) es una experiencia que recomiendo, y más aún si lo haces en buena compañía.

El Reloj

Encontrábame yo pensando en que ya estamos empezando julio, cuando empezó a sonar en mi cabeza:

 "Reloj detén tu camino, porque me vida se apaga...
Detén el tiempo en tus manos, haz esta noche perpetua..."


Con lo que no me quedó otra que buscarme la canción para poder completar las estrofas que aún quedaban en blanco en mi memoria (y de paso recuperar un maravilloso bolero) Todo ello se me juntó con mis cavilaciones sobre el paso del tiempo... Madre mía, ya en julio, cuando parecía que empecé a escribir este blog el otro día (medio añito como quien dice)

Resulta sumamente complejo no pararte un segundo a pensar si estás donde querías estar en estas fechas. En mi caso, no debo tener ninguna queja. Ya pasa el mes que estoy de vacaciones, con las mejores notas que he sacado en toda mi trayectoria universitaria y haciendo muchas cosas para recordar el verano (y las que aún quedan por hacer...)

El peligro de una mente inquieta es que a veces toma caminos que no debe tomar. Por ejemplo, con todo esto de los relojes, resulta que mi reloj de cocina se paró hace unos días a las 9.43 y con el segundero en el segundo 44 (comprobarlo en la imagen superior) Lo único que necesita es un cambio de pilas, pero por dejarlo pasar aún sigue ahí, marcando la hora equivocada y llevando a mucha confusión en determinados momentos. Este reloj realmente ha detenido su camino y el tiempo en sus manos... ¿Y si no se hubiera estropeado? ¿Y si hubiese seguido bien y marcara las 10.00 del día que se paró? ¿Hubiera cambiado algo? Para que nunca se vaya de mi... Para que nunca amaneza...




jueves, 28 de junio de 2012

Manías

Costumbres, ticks, automatizaciones, formas de ganar ilusión de control... Manías al fin y al cabo. Una conversación reciente con un amigo me ha hecho ponerme a pensar en esos comportamientos tan particulares que tiene la gente. Para empezar estaría bien decir lo que un servidor entiende por manía y es aquella conducta que uno hace casi sin percatarse para disminuir el grado de ansiedad en el que se encontraría si no la llevara a cabo. Dicho así suena muy frío y técnico, pero al releerlo (despacio y con buena letra) se puede entender mejor.

Aunque, como en muchas cosas en esta vida, tenemos que hablar de un grado, una escala o unos límites que nos permitan encuadrar la manía como algo que nos tenga que preocupar más o menos. Puede empezar con pequeños rituales de repetición, tocar algo un número determinado de veces, caminar por determinados lados de la acera... Hasta ahora, todos son comportamientos bastante benignos para uno mismo. Pero cuando la cosa empieza a complicarse, como cuando tienes que levantarte de la cama para comprobar que has cerrado el gas por cuarta vez o estar a mitad de camino y tener que volver a casa para verificar que la has pasado la llave a la puerta, ahí ya la manía se convierte en compulsión y puede derivar con mucha facilidad en un trastorno obsesivo compulsivo.


Pero no es cuestión de acabar en lo patológico, ni crear alarma social porque tengas alguna manía que otra, sólo conviene estar atentos por si se cuela de forma preocupante en nuestro día a día. Y, para muestra un botón, como suele decirse. Aquellos que me conocen saben perfectamente una manía que he adquirido después de sacar el carnet de conducir y no es otra que la necesidad de comprobar que cerré el coche. Sí, señores, soy consciente de que lo hago y probablemente lo seguiré haciendo hasta que se me quite esta neurosis. Aunque en mi defensa tengo que decir que muchos de los que se burlan de mi por ello, no tienen aún carnet, así que desde aquí les digo que tarde o temprano todo llega (karma)

Y puesto que estamos confesando, hay una manía un tanto particular. Al entrar a mi casa desde la calle, pulso el botón para llamar al ascensor, y eso que no tengo que cogerlo para subir, pero es que es automático, me sale solo. Lo gracioso de todo es que al salir nunca lo hago, ni me acuerdo siquiera... ¿Me tengo que preocupar?



martes, 26 de junio de 2012

Perspectivas

En algunas ocasiones, podemos vernos asaltados por la inspiración en los momentos más inesperados. Si bien, no siempre puedes contar con que las musas te acompañen cuando las necesites y tus resultados van a depender más de lo que te lo curres que del propio azar (ay, esos sesgos cognitivos...) Cuando te encuentres en un momento así, mi consejo es que pongas en marcha un cambio de perspectiva.

En mi caso he probado a sacar el blog de la habitación y traérmelo a un lugar un poco más fresco, que teniendo en cuenta la ola de calor del momento no es mala idea en absoluto. Refrescarte y tumbarte al sol hace que resetees de lo que venías pensando durante el día y te deja un poco más liberado para resolver asuntos que tengas pendientes. Aunque no nos engañemos, cuando nos dejamos envolver los por rayos del sol y la brisa, lo que más apetece es dejar la mente en blanco y postergar los problemas para tu yo del futuro.

He podido comprobar hace escasos minutos la diferencia al escribir acompañado por el batir de las olas del mar y un barullo de niños tirándose los zapatos a la papelera y armando escándalo (sí, es literal, basado en hecho reales) Realmente sólo tienes que encontrar tu hueco, un poco de tranquilidad y dejar que tus dedos empiecen a bailar con las teclas, al ritmo de la melodía que tú decidas escribir. Y si además, lo acompañas de buenas vistas, el resultado al final puede dejarte con muy buen sabor de boca.


Cartón y cinta de embalar

Cuando llegan cambios tienes dos opciones (o quizás más pero son las que se me ocurren ahora): dejar que pasen por ti o ponerte en marcha y ser parte del proceso. A un servidor le toca esta segunda opción, mucho más activa y dinámica, pero que requieren su sacrificio, ya que como se suele decir: "everything comes with a prize..." (guiño a una serie que me gusta mucho y de la que ya hablaré en otro momento)

El cambio comienza cuando te encuentras frente a cajas de cartón y una cinta de embalar recién comprada y las palabras que escuchas son: "Monta las cajas y empieza a guardar tus cosas..." En ese momento es cuando te paras y piensas que tienes que archivar cinco años de tu vida. Aunque eso no es lo peor, ya que en el fondo guardas y cierras, pero la cuestión crucial es: ¿qué guardas y qué tiras? No todo puedes llevártelo, ya que hay cosas que ni sabías que tenías (sí, nos pasa a todos, no mientan) y que acabas guardando porque te recuerdan a alguna situación vivida. En el fondo, la nostalgia es una compañera que nos hace ponerle freno a muchos momentos, intentando congelarlos con algo más sólido que un débil recuerdo.  Así de sentimentales que somos...

Pero de pronto te puedes sentir invadido por un espíritu de lo más renovador y del que tienes que acabar tirando para ponerte en marcha. Te plantas frente a tus cosas y sin darte cuenta acabas desechando esa cucharilla de helado de aquel verano y guardas fundas de plástico para el curso que viene (oigan, que he reciclado una cantidad de material que ni sabía que tenía que bueno...)

En fin, aún me quedan cosas que enfrentar, recuerdos que asomarán la cabeza cuando llevaban mucho tiempo encerrados y otros con los que se me escapará alguna sonrisa a destiempo. Esperemos que al final, los cambios sean para mejor.

sábado, 23 de junio de 2012

Baile de máscaras

Realmente, me encantaría decir que el título del post es porque estoy organizando uno o al menos que me han invitado, pero no, qué más quisiera un servidor (aunque me lo apunto como idea para un futuro, que la verdad tiene que estar de lo más chulo) Llevo todo el día tarareando una de las canciones de uno de mis musicales favoritos, que cita:





"Carnaval, mascarada artificial, carnaval, que se oculta en un rostro enmascarado..." (originalmente del gran sir Andrew Lloyd Weber, es decir, mi querido Fantasma de la Ópera)






Y con todo esto, me he puesto a pensar en las máscaras que nos ponemos delante de los demás. Todos nosotros tenemos un gran arsenal de antifaces, por razones de lo más variopintas, ya sea por protegernos de que nos hieran, por no decepcionar a alguien o por guardar con celo algún secreto. Aquellos que tienen un mayor control sobre las situaciones sociales, no tienen ningún problema cuando deben camuflarse en el momento preciso, dado que cuando llegan a casa, saben dar los pasos indicados para quitarse la careta.

Pero, ¿qué pasa cuando la máscara nos la ponemos para nosotros mismos? Cuando nos negamos a ver nuestra realidad y optamos por cobijarnos tras una fachada. ¿Cuándo empieza a ser doloroso? ¿Cuánto podemos aguantar el engaño? O lo que es peor, ¿y si no sabemos que nos estamos engañando? Imagina que se te cae la máscara cuando menos te lo esperas o que ha llegado alguien que te la arranca sin que te des cuenta... ¿Qué hacemos en un momento así?

El saber estar y el decoro social poco tienen que ver con el auto-engaño y la mentira. Es de lo más educado ser políticamente correcto o saber comportarnos en determinadas situaciones, pero cuando empieza a entrar en conflicto con tu propia identidad o con tus valores, tienes que obligarte a parar. Plantarte delante de un espejo, quitarte la máscara y decir: "Este soy yo". Una vez que te lo admitas a ti mismo, te será mucho más fácil admitirselo a los demás, siempre y cuando encuentres el valor para hacerlo...


viernes, 22 de junio de 2012

Blogus interruptus

¿Saben de esa sensación cuando tienes varias ideas en la cabeza y no sabes como expresarlas? Resulta que es un hecho de lo más impertinente, tener materia prima y verte incapaz de moldearla. Algo parecido me ha pasado con mi querido y abandonado blog.

Cuando se me ocurre un buen tema sobre el que escribir, no tengo medios adecuados para poder hacerlo (véase horas intempestivas o estar fuera de casa) y luego me despisto, se me pasa o simplemente me olvido. Por una parte, quiero desarrollar más mi vena bloguera, lo escribo y además intento cumplirlo, pero por h o por b no se da el caso.

Compromiso, palabra que tengo que adoptar con más fervor si quiero cumplir el objetivo. Además que vienen cambios de lo más sustanciales en mi entorno (próximamente crónica de una mudanza o una serie por entregas de los pecados capitales) y me gustaría bastante dejar constancia sobre ellos. Si como les digo, las ideas están, sólo me queda darme un pequeño rapapolvo a mi mismo y darle a la tecla.

miércoles, 30 de mayo de 2012

Vacaciones anticipadas

Estos días no he dejado de recibir muestras de un cariño inverso muy particular por parte de mis amigos y allegados. Aunque estando yo en su lugar creo que actuaría de la misma manera, pero como esta vez me toca a MI estar al otro lado del espejo, no queda otra que aceptarlo y, por supuesto, disfrutarlo.

El motivo de su actuación son mis merecidas vacaciones estivales. Aún no dejo de preguntarme si realmente es algo que me está pasando. ¿Quién me iba a decir a mí que no habría llegado el mes de junio y servidor estaría ya de vacaciones? Es que ni en los mejores sueños o pesadillas es una idea que se pueda concebir. Pero mi trabajo previo me ha costado llegar hasta aquí.

Este segundo cuatrimestre ha sido una prueba de fuego en cuanto a organización se refiere. Con los exámenes acechando y las entregas de los trabajos a la vuelta de la esquina, ha tocado hacer malabares más de una vez para cuadrar agendas, asistir a reuniones, no faltar a clase (ay esas comisiones...) y restringirte con más de una cosa que te gustaría. Pero parece que tarde o temprano, las recompensas llegan (sí, es una frase muy manida, pero oye, no deja de ser cierta y aquí me viene que ni al pelo)

Ahora se abre un período de posibilidades de lo más variadas. Un poco de relax, saldar cuentas pendientes, aclarar temas burocráticos y demás asuntos de los que no tienes tiempo durante el curso. Y hasta puedo permitirme la licencia de ahondar un poco más en mi vena bloggera, quien sabe... ¿alguna sugerencia?

Por lo pronto, toca desconectar y ver a dónde me puede llevar este nuevo viaje. ¿Quién se anima y me acompaña?


P.D. Feliz día Canarios! (30/05/12)

miércoles, 2 de mayo de 2012

Tolerancia CERO

Estas noches he pensado en publicar algo sobre pareidolias e ilusiones ópticas nocturnas, pero voy a tener que postponerlo por un cambio en las circunstancias (pero queda la entrada pendiente, lo dejo para que conste)

Muchos de los que me conocen saben de mi afición por una serie y su música. Con esta pista, no puedo estar hablando de otra sino de Glee. Llevaba tiempo dándole vueltas también al tema, para recomendarla, dar mi opinión, promover su música (y sin llevarme comisión ni nada...) Sin embargo, tengo que forzarlo debido a que en el último episodio emitido uno de los temas que toca me ha trastocado considerablemente.

Para ponerlos al día diré que Glee trata sobre un grupo de adolescentes que están en el instituto (aunque algunos de sus actores ya tendrían edad para representar a sus profesores, pero bueno...) y tienen en común que pertenecen a un coro (se considera una serie-musical), y en las tres temporadas que lleva ha devuelto un poco el prestigio a la rama de la música y las artes escénicas (menospreciada en determinados países-de-cuyo-nombre-no-quiero-acordarme)

Y me centro ya en el caso que me interesa. Se han atrevido con un tema tan delicado como la violencia doméstica y, desde mi conocimiento como estudiante de psicología, debo decir que lo han abordado desde un punto de vista bastante realista. La vergüenza, el perdón y las excusas, la impotencia y la incapacidad que invade a cientos de mujeres y les impide dar ese paso tan decisivo para sus vidas (y en algunos casos la de sus hijos también). Para mi gusto, faltó reflejar el ciclo perverso de la violencia, para que quedara aún más manifiesto y patente las tácticas que usa el agresor y en las que patéticamente se escuda, pero hay que tener en cuenta que aún queda ver como evoluciona esa trama... No quiero desvelar más datos por si he conseguido despertar su interés y ven el capítulo (que aún no he mencionado, es el 3x18 y se titula "choke")

Desde mi pequeño rincón virtual, no es que esté en mi mano arreglar un tema tan delicado, pero mientras mis palabras no caigan en saco roto, habrá merecido la pena. Contra cualquier tipo de maltrato, TOLERANCIA CERO. No permitas que se ponga por encima de ti, que te humille en público (ni en privado), que te considere de su posesión... Eres libre para actuar, para decidir, para vivir, para ponerte esa ropa que tanto te gusta, para salir con tus amigos... Entre nosotros, para lo que te dé la real gana, siempre y cuando seas tú quien lo decida.

PD: les dejo una actuación del capítulo que me conmovió y de paso la canción original que no la conocía hasta que lo ví y la recomiendo encarecidamente.







lunes, 30 de abril de 2012

Interrogantes

¿Hacia dónde miramos ahora?
¿Qué camino cogemos?
¿Tan difícil de entender es? ¿En serio?
¿De dónde voy a sacar el tiempo ahora?
¿Se arreglará pronto la situación?
¿Puedo hacer algo?
¿Cuándo es buen momento para tomar cartas en el asunto?
¿Ha valido de algo tirarse a la piscina?
¿Por qué no me abrazas?
 ¿Te vas a dar cuenta alguna vez de todo lo que hago por ti?
¿Y de lo importante que eres para mi?
¿Y de que sigo aquí?



sábado, 31 de marzo de 2012

"La última pechadita"

Con el paso del tiempo, al final siempre llegan los resultados. Pueden ser los que esperabas o no, pero esta negación la quiero recalcar en ambos sentidos, ya que tanto pueden arrastrarte hacia abajo como elevarte como la espuma en una sorpresa inesperada.

En esta ocasión me toca a mí hablar de resultados académicos (aunque no tienen porque ser de ese tipo, que cada cual lo amolde a algún ejemplo propio, maravillas del libre albedrío...) Han acabado ya los parciales de este cuatrimestre y por esta vez tengo que decir que los resultados han sido mejor de lo esperado. Lo bueno de concentrarse y esforzarse cuando el resto está tocándose las narices o descansando, es que luego mágicamente la situación se va a invertir y me tocará a mi descansar (llamadlo vendetta si queréis) Otra cosa que te llena de alegría es comprobar como los que están a tu alrededor (y de quienes te preocupas, claro está) tienen buenos resultados y lo celebras con ellos. Sin embargos, no deja de existir esa sensación agridulce, cuando no han alcanzado la meta que se han propuesto. Pero para esos momentos, hay una buena solución: animarlos, apoyarlos y demostrarles que estarás ahí para echarles un cable (o dos) cuando les haga falta.

Alguien muy importante para mí, me ha enseñado una frase que se puede aplicar cuando las fuerzas te flaqueen, cuando estés a punto de tirar la toalla o cuando creas que el camino se ha terminado y no hay nada más para ti después: "la última pechadita"  Hace referencia a todo lo mencionado y mucho más, como cuando la cuesta se hace muy inclinada que piensas que no vas a llegar... Y si consigues que alguien te tienda una mano en esos momentos, puedes considerarte de lo más afortunado pues, ¿quién te dice que justo esa mano no sea el tirón que te hacía falta para conseguirlo?

miércoles, 21 de marzo de 2012

Cespedterapia

Tengo que confesar que me encanta mi nuevo campus. El cambio no ha sido bueno sólo a nivel personal sino también a nivel ambiental. Contar con unas infraestructuras mejores (y considerablemente más espaciosas) supone un apoyo y un refuerzo a la hora de afrontar cada mañana el arduo trabajo rutinario de prácticas y teóricas.

Esta oda improvisada al campus de Guajara se deriva de la serie de horas sucesivas que he tenido que pasar allí recientemente por "culpa" de los exámenes parciales (ver entradas anteriores para más información) A pesar de contar con una de las mejores bibliotecas del complejo universitario, hay algo que es mejor aún, que son los jardines. Esas grandes extensiones verdes muy propensas para el desarrollo de la vida social del estudiante universitario (y no tan universitarios como tuve la ocasión de comprobar hoy mismo, pero eso es otra historia...)

Pues gracias a ellos, ha surgido el concepto de "Cespedterapia", que podemos definir como cualquier momento propicio para hacer un break, sea post-pandrial, inter-empollamiento o pre-clase-teórica-cuando-los-profes-hacen-espantada-sin-avisar. Puedes pasar grandes momentos y muy variados, tanto de descanso y risas, como de responsabilidad y repaso. La cespedterapia es maravillosa y sumamente efectiva cuando se combina con "hacer la fotosíntesis" (para los no entendidos, aprovechar los rayos de sol)


Así que por ahora, sólo me queda recomendarles grandes dosis de cespedterapia y, si me permiten la licencia, si cuentan con buena compañía, mucho mejor.

lunes, 19 de marzo de 2012

Ausencia y exámenes

De esto que llega marzo y tú no te has dado ni cuenta... Uno parece que quiere sacar tiempo para no dejar en un baúl virtual su blog, pero se mezclan fechas examiniles con la ansiedad consecuente asociada (me viene de fábrica, es uno de mis encantos) y por mucho que lo intentes no lo consigues

Primeros parciales de un segundo cuatrimestre: para aquellos que, como yo, saboreaban las mieles de la licenciatura, con tu examen final y san se acabó, ellos llegan para ocuparte el cuatrimestre y aumentar tu cortisol basal hasta más allá de las cantidades recomendables durante tanto tiempo continuo (NOTA: preguntar a mis medicuchos implicaciones futuras de tanta hormona estresante suelta) Pero vamos a quedarnos con las ventajas que nos ofrecen, poder liberar trocitos de (alguna) asignatura. Tienes que tener esto como una meta muy clara para no decaer en la motivación implicada, porque como te dejes influir por posibles resultados negativos estás perdido.

Sin embargo, hay una serie de experiencias asociadas a los estudios intensivos que hacen que todo valga la pena. Y no me estoy refiriendo a la liberación de asignaturas, sino a esos días previos, donde te da por probar y te sorprendes de lo bien que puedes aplicar las técnicas de estudio grupales en tu propio progreso académico. Por ejemplo, el enclaustramiento autoimpuesto individual no es tan productivo ni divertido como el acompañado. La presión de grupo te hace vaguear menos (lo que provoca que te retrases con las series que llevas al día, pero es por un bien mayor, es por un bien mayor...) y comentando las cosas puedes fijar mejor los conceptos difíciles. Pero, como ya dije, todo está en fase de prueba, será cuestión de esperar los resultados y poder contrastar la eficacia del proceso. Por ahora las expectativas son más que buenas, pero el tiempo será quien lo diga.

P.D. Ante todo me quedo con las risas, la complicidad y las críticas de cine   =)

lunes, 27 de febrero de 2012

Responsabilidad y Tiempo

¿Y si empezamos de verdad a aprovechar el tiempo?

Quería empezar con esta reflexión para que vaya calando en sus mentes lentamente (lo siento señores, es lo que tiene conocer el efecto de primacía en el procesamiento de la información y su capacidad de persuasión... Para más información preguntar a un servidor o a colegas del gremio psicológico) Además, alertándolos ya de su importancia, de forma inconsciente ya se lo están preguntando, sólo les queda llevarlo al preconsciente, una vez ahí, que llegue a la consciencia es un juego de niños (al igual que el juego de palabras que acabo de soltar para que se acerquen un poco a mi nuevo mundo, "Psicoland", cómo alguien me ha comentado recientemente)

Una vez creado el preámbulo y con su atención relativamente captada, quería comentar el porqué de mi pregunta. Han pasado los Carnavales, la fiesta y el "desenfreno" (para algunos) terminó hasta enero del año que viene (sí sí, han leído bien, se adelanta muchísimo el carnaval 2012+1) y ya en pleno apogeo del segundo cuatrimestre, uno recuerda aquellas promesas que se hizo durante el período de exámenes de "esto a mí no me pasa más, empiezo a estudiar antes, a mí no me vuelven a coger..." y demás palabrería. Pues resulta que no en todas ocasiones cae en saco roto y te encuentras con gente [maravillosa] (que te enseña nuevas formas de ver sitios que ya conocías, entre otras cosas) que ya tiene un planing de exámenes hecho y además ya está repasando aquello que le quedó pendiente en el primer cuatrimestre...

Con todo esto, y aunque no lo parezca, quiero sacar un punto positivo a la situación. Digamos que es relativamente "pronto" en el cuatrimestre, aún estamos a tiempo de poder llevar a cabo nuestras intenciones y más aún, dirigirlas a buen puerto si sabemos tocar los botones adecuados. Hablo desde una perspectiva estudiantil, pero ¿por qué no generalizar? ¿Por qué no dejarnos de pamplinas e ir a por lo que (o a por quien) queremos? ¿Qué nos hace postponer nuestros deseos?...

Una cosa está clara, el tiempo pasa, no espera por nada ni por nadie, entonces dime: ¿a qué esperas tú?

miércoles, 22 de febrero de 2012

Te conozco mascarita

Bueno señores, es un hecho, como cada año, el Carnaval ha llegado a la isla. Las calles se visten de color, se llenan del sonido de las murgas y la gente coreando sus letras, se corona a la elegante reina de las fiestas (cuestiones de justicia y méritos a parte... mucho politiqueo suelto ejm ejm) entre otras tradiciones. Esta fiesta tiene dos caras: la comentada hasta ahora como versión para todos los públicos y la cara oculta-nocturna.

Generalmente, cuando pasa la medianoche, la gente se transforma (ojo, no me refiero a los disfraces) y justifican la fiesta como un "todo vale". Eso tampoco se puede consentir, pues una cosa es divertirte en buena compañía y otra que tenga que intervenir el servicio sanitario porque no te tienes en pie (literalmente), por no mencionar cuando les toca el turno a policías y demás personal de seguridad (vergonzoso, si me permiten la licencia) Ahora mismo estamos en el ecuador de las fiestas, mientras unos retomamos la rutina semanal convencional, otros afortunados cuentan con días libres (valórenlos señores)

Desde aquí solo pretendo lanzar una reflexión, aún queda un fin de semana de piñata (clausura de carnavales para los no informados) ¿por qué no disfrutarlo sin que se nos vaya de las manos? A pasarlo bien, pero con dos dedos de frente (o cuatro si hace falta)

martes, 14 de febrero de 2012

Hasta siempre - Farewell

Creo que esta será una de las entradas más duras que vaya a publicar en mucho tiempo. No porque sea un tema con el que todos nos hemos enfrentado, sino porque cuando te pilla por sorpresa y sin ninguna explicación, las palabras no te salen de ninguna manera.

¿Cómo puede acabar tu vida cuando a penas has cumplido 22 años? Con una carrera terminada, planes en el extranjero, disfrutando por fin de lo que le estaba brindando la vida, va y se le apaga de golpe. No es justo, no te lo merecías. Es muy injusto que te hayas marchado de este modo, no es justo... Ya sabes que en estas situaciones, nunca nada lo es, pero mi frustración aumenta y mi cabreo más todavía. En realidad bajo todas esas capaz de enfado hay una gran tristeza, tanta que me ha sorprendido la forma en la que me ha conmovido.

Es muy peculiar todas las emociones que te puede despertar alguien de quien no sabes nada en un tiempo, salvo que todo le va bien y que es feliz con su vida, lo que te alegra muchísimo. Ahora solo queda adaptarse a la nueva y desdichada situación. Pero quiero que sepas, donde sea que estés, que fue un placer compartir esos años con alguien como tú. Siempre admiraré la forma en la que tocabas y como te entregabas a la música (tu música, maestro), tu iniciativa para aprender cada vez más y no dejarte vencer por los límites, por muchas zancadillas que te aparecieran en el camino.

Esta ha sido mi pequeña despedida-homenaje para ti, te recordaré con mucho cariño y hasta que nos encontremos. Por ahora, te dedico nuestro dueto que nunca terminamos de perfeccionar, pero que no se me olvidarán nuestros intentos =)

Hasta siempre

jueves, 2 de febrero de 2012

Carta a un desconocido

Hola desconocido:

Sí, al más puro estilo Natalie Portman en "Closer" me voy a acercar a ti desde mi barrera virtual de seguridad. Creo que será el primer post que haga en el que me estoy dirigiendo a alguien en concreto, así que desde tu ignorancia espero que sepas valorarlo.
No te conozco ni sé quien eres, sólo puedo decir que de algún modo has captado mi atención. Fueron a penas unos segundos los que pudimos compartir una leve mirada, un momento de complicidad, antes de que te alejaras por completo. Tu paso fue firme, directo y decidido, y yo cavilando porqué andabas tan cabizbajo. Y allí llegaste, te sentaste en la distancia pero aún dentro de mi campo visual y dejaste que tus miradas y pensamientos se fundieran con el mar, al que observabas con tanto detenimiento.
Yo estaba perdido en conversaciones banales y alguna que otra risa aleatoria, pero sin dejar de preguntarme qué estabas haciendo, porqué estabas allí, qué escuchabas y qué se cruzaba por tu cabeza. Parece que te colaste en mis pensamientos y te has mantenido un par de días. Y llegó la hora de marcharse, pero no podía irme sin acercarme a ti. Haciendo sutiles malabares lo conseguí. La distancia real fue mayor incluso que la de nuestro momento de "miradas cruzadas", pero fue suficiente para conseguir que me girara en repetidas ocasiones en mi vuelta a casa (pero claro, tú de esto no te percataste ni una sola vez...)
¿Nos volveremos a encontrar? ¿Acaso me recordarás? Quien sabe...

Me despido de ti con una frase muy musical en mi cabeza, take care of yourself!

viernes, 27 de enero de 2012

Exámenes

¡Y por fin ha pasado! Esa época caótica en la que nos convertimos en parientes de los protagonistas de "the walking dead" (no profundizaré mucho más en el tema, que no la he visto, pero véase la analogía con el mundo zombie)

La desconexión del mundo bloguero ha sido una mezcla entre imposición "moral" propia e imposibilidad de recursos tecnológicos (vamos, que no tenía conexión ni a la de tres), aunque la verdad no ha venido mal del todo. Hay que saber sacar provecho de los baches que te encuentras y si obtienes algún beneficio que otro mejor que mejor. Para un servidor, esos beneficios aún no se han manifestado, cuando lleguen las actas del primer cuatrimestre se verá.

La verdad que ha sido todo un cambio. Preparar los exámenes para Medicina antes y para Psicología ahora se lleva de una forma bastante diferente. Esas comisiones, que tantos quebraderos de cabeza me daban, tantas críticas que se han llevado y tantos "pero qué me estás contando, sub-nor-ma-li-to??", cuando no las tienes, se nota. Señores, créanme, SE NOTA (nota por si me lee algún antiguo compañero: valórenlas!!) Igualmente, hay que quedarse con lo bueno: probar nuevos métodos de estudio, esa bibliografía recomendada que pasa a ser tu mejor amiga, aquel lugar al que te invitan a ir a consultar dudas y te encontrarás desértico (sí, los despachos de los profesores siguen siendo un gran misterio para todos los estudiantes)... En fin, tantos antiguos recuerdos que se mezclan con los nuevos, vamos a ver en que concluyen. La cuestión principal es: ¿esta vez vamos a aprender la lección y organizarnos mejor para que en el próximo período de exámenes no nos pille el toro? Sólo el tiempo lo dirá...

Intentaré que el blog no pase a lo que en un principio apuntaba a una entrega dominical, para convertirlo en algo más frecuente. Por lo pronto, entre tú y yo, sé que un café pendiente está cada vez más próximo y... ¿huelen eso? ¿alguien ha encendido velas por aquí?