miércoles, 11 de julio de 2012

Madrugando

Cuando te pones a pensar en esas frases del tipo: "A quien madruga, ""Dios"" le ayuda..." o "Si te levantas pronto verás como aprovechas mejor el día..." y demás, no sueles prestarles mucha atención. Más bien, cuando estás de vacaciones tiendes a ignorarlas, en plan tirar el despertador por la ventana, trasnochar, oscurecer la habitación y hasta que el cuerpo aguante (o te despierte tu madre llamándote por teléfono, todo un clásico)


 Aunque la verdad que es digno de mencionar, que cuando te da por levantarte más temprano y tienes tiempo libre (véase, no estar en clase, ya que eso es lo más normal) el día te cunde lo más grande. Ya me ha pasado alguna vez que otra (pocas, todo sea confesado) pero hay que ver lo que se puede estirar la mañana si te planificas bien.

Y para muestra un botón. Salir a desayunar fuera, llevar a un familiar al médico, dar una vuelta para hacer tiempo, recogerlo, ir a una tienda a la otra punta de la isla y volver a la casa... Y todo eso antes de mediodía! Me dio tiempo hasta de preparar el almuerzo con mi prima para dentro de un rato. La verdad que te dan hasta ganas de planificar cosas más productivas, pero entre verbena y verbena, ya irán surgiendo los planes.
Por lo pronto, y de vez en cuando, nunca viene mal despertarse un poco antes para no quedarte toda la mañana con la cabeza pegada a la almohada.

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