lunes, 2 de julio de 2012

El Reloj

Encontrábame yo pensando en que ya estamos empezando julio, cuando empezó a sonar en mi cabeza:

 "Reloj detén tu camino, porque me vida se apaga...
Detén el tiempo en tus manos, haz esta noche perpetua..."


Con lo que no me quedó otra que buscarme la canción para poder completar las estrofas que aún quedaban en blanco en mi memoria (y de paso recuperar un maravilloso bolero) Todo ello se me juntó con mis cavilaciones sobre el paso del tiempo... Madre mía, ya en julio, cuando parecía que empecé a escribir este blog el otro día (medio añito como quien dice)

Resulta sumamente complejo no pararte un segundo a pensar si estás donde querías estar en estas fechas. En mi caso, no debo tener ninguna queja. Ya pasa el mes que estoy de vacaciones, con las mejores notas que he sacado en toda mi trayectoria universitaria y haciendo muchas cosas para recordar el verano (y las que aún quedan por hacer...)

El peligro de una mente inquieta es que a veces toma caminos que no debe tomar. Por ejemplo, con todo esto de los relojes, resulta que mi reloj de cocina se paró hace unos días a las 9.43 y con el segundero en el segundo 44 (comprobarlo en la imagen superior) Lo único que necesita es un cambio de pilas, pero por dejarlo pasar aún sigue ahí, marcando la hora equivocada y llevando a mucha confusión en determinados momentos. Este reloj realmente ha detenido su camino y el tiempo en sus manos... ¿Y si no se hubiera estropeado? ¿Y si hubiese seguido bien y marcara las 10.00 del día que se paró? ¿Hubiera cambiado algo? Para que nunca se vaya de mi... Para que nunca amaneza...




No hay comentarios:

Publicar un comentario