lunes, 2 de julio de 2012

Primeras rebajas

Hoy he tenido una experiencias que toda persona debe probar al menos una vez en la vida. No es que sea una gran cosa, pero si nos paramos a pensar en el resultado en comparación con otros años, se nota, créanme señores que se nota. Y estamos hablando nada más y nada menos que del primer día de las rebajas de verano.

Realmente llegas con ciertas expectativas: ver a las señoras en las puertas esperando a la apertura para entrar cual marabunta, estar cerca cuando haya una pelea por "eso lo cogí yo primero" o "aparta que esa talla es mía", el ingenuo deseo de elegir bien las horas para evitar las colas (tanto en cajas como de tráfico) y, no puede faltar, encontrar tu talla con uno de los mejores descuentos.


Entonces lo que haces es que te organizas. En lugar de ir a la apertura, a pesar de que la tentación de ver a las doñas es bastante suculenta, esperas y vas una horita después. Si vas acompañado, te distribuyes la tienda mucho mejor, cada uno mira lo suyo y luego lo ponen en común. Todos sabemos que siempre una opinión amiga ayuda a descartar y seleccionar lo asequible de lo hortera. La hora de la verdad llega dentro del probador, cuando llega el punto que no sabes lo que tienes en la mano, pero tú te lo pruebas igual "por si acaso..." (esto le pasó a mi amiga S. así que es verídico, que conste) Y por último, de lo más satisfecho contigo mismo, te marchas a la caja para hacer tuya esa americana que te encantaba y hoy la has encontrado con un 50% de descuento.

Cuando recalcaba antes que se nota la diferencia de ir el primer día con el resultado, me refería a los artículos que encuentras. Con el enclaustramiento por exámenes de julio en mi vida pasada, sólo me daba tiempo de llegar a las segundas o incluso terceras rebajas, donde lo que encuentras es aquello que no se pone nadie en su sano juicio o al menos con un gusto relativamente decente a la hora de vestir. Así que me dije que era algo que tenía que probar eso de ir el primer día, y pese a que me hubiese gustado ver más "sangre social" (vena sádica) es una experiencia que recomiendo, y más aún si lo haces en buena compañía.

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