lunes, 31 de diciembre de 2012

"Bella y Bestia son..."

No se me puede ocurrir un mejor tema para la última entrada del año 0 de "Psicologueando": "La Bella y la Bestia, el Musical" (agradecimientos y menciones especiales el año que viene)


Tuve la gran suerte de volver a entrar en contacto con mi niño interior y mi ilusión se unió a toda la sala del auditorio de Tenerife la pasada noche. Menudo espectáculo señores. Una noche, como poco, mágica. La escenografía, la puesta en escena, las coreografías, el vestuario... y sobre todo, las buenas voces de los actores, desde los figurantes hasta los protagonistas. Además, la compañía de 3 grandes chicas D, N e I (y que conste que no pretendo hacer un chiste de identificación) que al ser una historia de nuestra infancia, vivimos con mucho más ahinco y entusiasmo que muchos de los presentes. Más de un pañuelo fue necesario para el desborde de emociones al que, voluntaria y concienzudamente, nos expusimos (y que repetiríamos sin dudar un instante)

Debo confesar que es una de mis historias favoritas: ella soñando con vivir las aventuras que lee en sus libros y él, condenado y desdichado, piensa que nadie le puede amar por su aspecto. Y cito una de mis frases favoritas: "Pues... ¿quién iba a ser capaz de amar a una bestia?" (sonidito de la intro... y pelos como escarpias) Pueden buscarle todos los significados que quieran, pero es la forma más original que tuvo Disney de enseñarle a mi generación que la belleza está en el interior y que no hay que dejar de soñar y tener esperanzas.

Como dije al principio, espero que hayan pasado un año 2012 lleno de ilusiones, sueños y esperanzas y que para el año que empieza mañana, sean como mínimo iguales e incluso mejores. Feliz nochevieja a todos mis lectores =)

martes, 18 de diciembre de 2012

Para ti, T

Me van a permitir la licencia de escribir en segunda persona, porque esta entrada se la quiero dedicar alguien muy especial para mí, que da la casualidad que hoy cumple un año más, mi queridísima T

Ya sé que me lees, que sigues ávidamente mis pequeños pasitos en el mundo de la escritura desde tu rincón de intimidad y reflexión personal. Sabes que para mí es todo un honor que lo que voy escribiendo, mis "creaciones", pasen el filtro de toda una eminencia en la lírica castellana (y soy consciente de lo que digo, no es por alardear ni por rellenar con palabras vacias) Siempre te he hecho partícipe de la profunda admiración profesional que siento por ti en este aspecto, y el respeto, sobre todo respeto. Pero sabes que estas palabras no acaban aquí...

Mi adorada T es una mujer única, de las que se pueden contar con los dedos de una mano. Es capaz de quedarse un paso atrás o llegar 5 minutos tarde (por no decir horas o días) para asegurarse de que tú estés bien. CasiSiempre retrasa sus compromisos y pone a los demás por delante, pero lo que me sorprende y adoro de ella es que siempre lo hace con una sonrisa en la cara. Nunca pierde el espíritu de lucha, de seguir adelante con una actitud positiva, de ver el lado bueno de las cosas.... Y con los tiempos que corren eso es algo digno de agradecer.

¿Recuerdas cuando nos conocimos? Aquel noviembre de 2008 fue un gran punto de inflexión para ambos, ya que nos veíamos por primera vez y parecía que nos conociéramos de alguna vida pasada, prácticamente una conexión instantánea... Aunque ahora los caminos de la vida nos tengan más distantes, no encontrarán la forma de separarnos, porque desde entonces, te colaste en mi corazón y no pienso dejarte salir. En mi memoria quedan las noches de verano en la terraza, compartiendo risas y confesiones y contando estrellas (uno de los recuerdos más preciados que tengo, que atesoro con mucho cariño)

Cuando me necesites, ya sabes qué hacer y sabes que lo digo en serio. Te deseo de todo corazón el mejor de los cumpleaños y que tus sueños (OJO: los tuyos y no los de los demás) se hagan realidad. Un beso con todo mi cariño =)


sábado, 15 de diciembre de 2012

Reflexión musical: para los ingratos

Muchas veces la música no deja de sorprendernos. No sé muy bien si es porque proyectamos en ella nuestras experiencias de una forma brutal o por si llega la letra adecuada en el momento preciso. La música es para todos los gustos, colores, sabores y temperaturas, como las voces que la entonan, transportándonos a otra dimensión con lo que nos cuentan o sacudiendo nuestro cuerpo en una descarga de energía y creatividad mientras bailamos.

Canciones hay muchas, artistas por montones, pero grandes voces, solo unas cuantas privilegiadas que siguen con nosotros, ya que muchas de ellas nos han dejado (Nino Bravo, Rocío Jurado, por ejemplo) Para mí, una gran voz que aún nos alumbra es la de María Dolores Pradera. Les dejo esta reflexión en forma de canción, con su letra incluida y que cada uno interprete lo que quiera =)


No te asombres si te digo lo que fuiste,
Un ingrato con mi pobre corazón,
Porque el brillo de tus lindos ojos negros,
Alumbraron el camino de otro amor.

Y pensar que te adoraba tiernamente,
Que a tu lado como nunca me sentí,
Y por esas cosas raras de la vida,
Sin el beso de tu boca yo me vi.

Amor de mis amores dueño mío que me hiciste,
Que no puedo conformarme sin poderte contemplar,
Ya que pagaste así mi cariño tan sincero,
Solo conseguirás que no te nombre nunca más.

Amor de mis amores si dejaste de quererme,
No hay cuidado que la gente de eso no se enterará,
Que gano con decir que tu amorr cambió mi suerte,
Se burlarán de mí, que nadie sepa mi sufrir.

jueves, 13 de diciembre de 2012

Negligencias corporales

Realmente me sorprende la poca auto-consciencia corporal que tenemos (sí, uso el plural porque yo también me incluyo) Y no me estoy refiriendo a hacer la operación bikini ni a prepararnos para las copiosas comidas de navidad que están a la vuelta de la esquina, no. Estoy hablando de partes del cuerpo muy concretas, esas a las que normalmente no prestamos atención porque las usamos tanto que ni nos damos cuenta de lo importantes que son. Pero, hay que ver cómo fastidia cuando se nos lesionan , ¿eh?

Más de uno sabrá a qué me estoy refiriendo cuando cuente algún caso. ¿Qué me dicen de los uñeros? La piel que rodea a nuestras uñas está ahí, cumpliendo su función protectora, estética (en algunos casos), dandole calorcito, nutriéndola... Pero cuando tienes una matriz que decide crecer hacia dentro y clavarse en lo más hondo de tu ser (cuasi-literalmente hablando), ¿qué pasa? Pues que nos incapacita muchísimo, y por unos centímetros incrustados en la piel: no nos deja andar, ponernos de puntillas, bailar y hasta te duele conducir. Este es el caso en el que te sale en el pie, pero si es en la mano, todo lo que roces va al uñero, si alguien te da un golpe, te dará ahí (y mira que el hijo-de-mil-hienas tiene espacio para darte, pero NO, va ahí, al foco del dolor)

Pero la inspiración para escribir esta entrada es el grandioso dolor de muelas con el que llevo desde hace cinco días y parece que no remite. Tras la lógica visita al dentista, miles de enjuagues con agua tibia y sal y con inumerables dosis de ibruprofeno y paracetamol en el cuerpo, me he pasado a los antibióticos (prescritos, no me vayan a tirar mis medicuchos de las orejas con la automedicación) y otros analgésicos. Como la cosa siga así, tiro yo mismo de ella con alicates y acabo con el mal de raiz (si pudiera... ay si pudiera)


Pues termino diciendo que no seamos negligentes con nuestro cuerpo, que hay partes muy importantes, aunque parezca que no lo son.




domingo, 9 de diciembre de 2012

Falta de consideración

Hay días por los que pasas sin pena ni gloria, con un equilibrio más o menos estándar en tus alti-bajos emocionales. No obstante hay otros (y menos mal que los hay) en los que o te sientes dominado por la euforia y contagias optimismo a todo el que se te cruza o ves cosas que te dejan más que contrariado, patidifuso, y te preguntas si al mundo en general le faltan dos dedos de frente o es que ha perdido por completo el rumbo. Y para muestra un par de botones.

No hace mucho que he tenido que estar en contacto con niños por un trabajo de clase, experiencia que fue sumamente gratificante como comenté en una entrada anterior. Aquí un jovenzuelo inmerso ya en la veintena es un firme defensor de retomar la inocencia de vez en cuando. Hará cosa de unos días que vi una nueva película de animación cuya moraleja era no perder la inocencia ni dejar de creer en lo que te hace feliz. Y de pronto piensas: "¿y por que no hacerle caso?" Cuando sufres una regresión mental (sin llegar al extremo de lo patológico, cuidadín) y te dejas llevar, contagias ese espíritu a tu alrededor y no si no lo has hecho, no sabes las buenas recompensas consecuencias que puedes encontrarte...

Pero siempre está la cara B de la situación. Hoy mismo tuve que presenciar una muestra del gran egocentrismo mundial (del que todos pecamos en algún momento, quien esté libre, que tire la primera piedra y ese no seré yo) ¿Por qué nos cuesta tanto ponernos en el sitio de los demás? ¿Dónde quedó esa mínima empatía social? ¿Cómo se puede llegar a un restaurante y ocupar una mesa de ocho comensales cuando son 3 doñas las que van a comer ahí? Son situaciones que te hacen pensar y si me apuras, hasta enfadarte. Porque pongo la mano en el fuego de que si van ellas con sus respectivas familias y son las que sufren esa desconsideración, estarían jurando en arameo el resto del almuerzo...

Desde aquí mi reflexión: no perdamos la perspectiva señores, a veces dar un poquito o ponerse en el lugar de los demás trae consigo buenas recompensas. O si no, tengamos esperanza de que el tiempo las traerá.